Escribo para mi mismo. Porque he descubierto el placer de releer las entradas para recordar mejor lo que vi y sentí. Escribo para relatarme mi vida a mi mismo. Esto supone que, como si fuera un papel pintado mal encolado a la pared, lo que aquí relato se despega ocasionalmente de lo realmente vivido y forma burbujas, con las que se adapta esa realidad a la lógica del relato, más que al caos ilógico y nunca lineal de la vida vivida. Por eso, en consecuencia, transformo los hechos en un relato y a quien menciono, y a mi mismo, en personajes de un pliegue de la realidad, sin por ello dejar de ser sincero.


miércoles, 25 de noviembre de 2009

Ardillas


Mi querido Breckenridge se casó en verano y dejó Madrid para instalarse en Estados Unidos. Como eso era poco, decidió que ya no podía ser Breckenridge y que tenía que ser otro. El problema de una trans es que, hecho el camino de ida, hacer el camino de vuelta sabe a poco. Por eso, imagino, Myra/Myron decidió que, en vez de un cambio de sexo, lo que necesitaba era un cambio de especie. Así que, ahora, Breckenridge es una ardilla y, tal vez por el matrimonio, escribe de cosas más serias. Eso dice ella. Tiempo al tiempo.

La ardilla publicó (¿a principios de octubre?) una entrada de prueba, totalmente consumida por sus dudas entre el blanco y el negro. Yo me quedé ahí, en esa entrada de prueba. Hasta hoy, que he descubierto que lleva desde entonces publicando como una loca y que yo no me había enterado. Me fastidió mucho enterarme, porque me gusta lo que cuenta la ardilla y el atracón de entradas -y comentarios- que me he pegado hoy me va a costar los ojos.

Me fastidió también darme cuenta lo ensimismado que sin duda he estado todas estas semanas, como para que se me haya pasado algo como eso. Por eso, me puse a pensar en las razones. He estado viajando más que antes, lo que siempre te desconecta, aunque esta es la segunda semana entera seguida que paso en Londres. También está el tiempo de perros que está haciendo y me está quitando las ganas de todo -con los años, el tiempo cada vez me afecta más- y, además, no estoy durmiendo bien.

Luego está el trabajo o, mejor dicho, los trabajos. Desde la última vez que hablé del trabajo, no han cambiado mucho las cosas: Sigo a dos bandas y es la primera vez en mi vida que estar a dos a la vez no me divierte. La verdad es que he hecho un negocio redondo aceptando la oferta de Madrid y estoy haciendo dos trabajos por el precio de uno y por amor al arte. La culpa es mía. Como le dijo a una amiga común el jefe de mis jefes: "será porque quiere". En algo he mejorado, hay menos presión por parte de mi jefe de Londres -después de unas llamadas de Madrid- y he conseguido dejar de estar en medio, pero la situación está lejos de ser la mejor. Posiblemente, no me vaya unos meses a Madrid, lo que es bueno -porque me soluciona algunas papeletas conyugales- y es malo -porque me apetecía pasar algo de tiempo en Madrid y coger unas vacaciones de Londres. Por suerte, me voy de vacaciones "de todo" en tres semanas.

Tengo a medias medias media docena de entradas, con las que no termino de estar contento. Terminarán saliendo, en una forma u otra, pero no con la rapidez que me gustaría. Ya no puedo acceder al blog desde la oficina. Hay maneras de circunvalar el bloqueo, pero hay que hacer más kilómetros.

Escribo esto -y ya termino- mientras escucho el nuevo disco que me obsesiona. Hace dos días me compré dos discos: el nuevo de Shirley Bassey, que es muy bueno, y otro, por una especie de corazonada, "Lungs" de Florence and the Machine. Me gusta mucho y no paro de escucharlo (lo estoy escuchando ahora, por sexta o séptima vez en el día). Lo gracioso es que no me debería de gustar, es una especie de rock folk cantado con acento de Londres. Me tendría que horrorizar. Pero no, me encanta. Tiene algo de 10.000 Maniacs, de Lilly Allen, de Astrud/Hidrogenèse e, incluso, de Violeta Gómez. No me extrañaría que os esté descubriendo la pólvora; no sería la primera vez, me pasó con Nirvana, a los que descubrí, alucinado de que nadie los conociera, después de que vendieran un millón de discos. Me da igual, yo sigo a lo mío.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo que reconocer varias cosas:
- Aun no se bien por que deje CG&D, imagino que es una de mis tipicas huidas hacia adelante. Pero es cierto que necesitaba un cambio de algo... y, como dices, fue de especie y de fondo de pantalla.
- Pense que no comentabas porque odiabas la ardilla. Mi inseguridad y obsesion con lo que los demas puedan pensar no cambia. Esta bajo control, pero no cambia.
- "es la primera vez en mi vida que estar a dos a la vez no me divierte". Demoledor. Te lo puedo copiar?
- Yo estoy super sin ideas para el blog, debe ser el tiempo. Ha hecho buenisimo hasta ahora pero se ha estropeado esta semana. A mi tambien me afecta mucho mas que antes.
- Curioso, yo llegue tardisimo a Nirvana y siendo un estilo que deberia detestar me encantan. Quiza porque eran realmente buenos. Para mi, los mejores "grunge" (si es que eso existe) fueron Soundgarden aunque solo fuese por Black Hole Sun, que es lo mas.
- Quien es Violeta Gomez?
Bss. Y gracias.

Stanwyck dijo...

¡Qué va¡ ¿Cómo voy a odiar a la ardilla?
Yo odio a los Black Eyed Peas, a las Bangles, a Roxette. Tengo pensada una o varias entradas, pero no me terminan de salir. ¡Jo¡ Esto se parece, en ocasiones como esta, a un grupo de autoayuda.
Me puedes copiar lo que quieras. Es la mayor forma de halago, como saben desde hace mucho las folclóricas y Samantha Jones. Hay veces que pienso que debería escribir algo sobre mi turbio pasado. El problema es que me entre la nostalgia.
A Violeta Gómez la vimos en directo aquel domingo que fuimos los tres al "Aló Fellini!
¿Qué te parece la Florence and the Machine? Su nombre y sus vídeos dan mucho juego.

Anónimo dijo...

Jo, ¿cómo me he podido olvidar de Violeta Gómez, si es lo mejor? Me gusta Florence, sobre todo su voz, es de primera. No es lo mío, así de entrada, pero está muy bien.

ODIO a muerte a los Black Eyed Peas y sobre todo a la zorra de la Fergie. Odié a muerte a Roxette, pero el tiempo ha hecho que se me pase. Las Bangles me eran inverosímiles (quiero decir indiferentes). A las que asesinaría es a las All Saints. Lentamente, para que se enteren y sufran mucho.

Y te animo a escribir sobre tu pasado, que de turbio tiene bien poco (al menos lo -mucho, creo- que conozco).

Stanwyck dijo...

Es curioso lo de los odios. A mi las All Saints me parecen una pedorras totales, pero no las odio.
Mi pasado tiene sus momentos turbios y sudorosos y oscuros. Qué menos. Es una lástima que llegara tarde para comentar en algunas de tus entradas del último mes, porque lo que escribo más arriba me hace pensar en ese debate sobre "lo normal". A mi, lo normal me parecen Le Dépôt -si es que sigue existiendo- y Nenita Danger.

Anónimo dijo...

Nenita Danger es lo mas. Solo el nombre lo dice todo.