Escribo para mi mismo. Porque he descubierto el placer de releer las entradas para recordar mejor lo que vi y sentí. Escribo para relatarme mi vida a mi mismo. Esto supone que, como si fuera un papel pintado mal encolado a la pared, lo que aquí relato se despega ocasionalmente de lo realmente vivido y forma burbujas, con las que se adapta esa realidad a la lógica del relato, más que al caos ilógico y nunca lineal de la vida vivida. Por eso, en consecuencia, transformo los hechos en un relato y a quien menciono, y a mi mismo, en personajes de un pliegue de la realidad, sin por ello dejar de ser sincero.


jueves, 16 de mayo de 2013

OK Corral

El cielo, totalmente despejado, es de un azul añil. Al sol casi hace calor, a la sombra la brisa casi da frío.
Me tomo un café, haciendo tiempo. Un hombre canta "country and western" a mi espalda, en una de las esquinas de la calle peatonal del centro. Algún café y restaurantes, tiendas de recursos y galerías de arte, tiendas de montañismo, oficinas de agencias gubernamentales para asuntos aborígenes.
En la calle, se cruzan los turistas con australianos aborígenes que parecen tener todo el tiempo del mundo. Los turistas son los únicos blancos con tiempo que perder.
Alice Springs es un Tombstone del siglo XXI. 

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