He de reconocer que, por mi parte, he hecho muy poco esfuerzo para ello. En un viaje largo, como este, de vez en cuando es necesario tomarse unos días de descanso y colada. Eso es lo que he hecho en el resort de medio pelo, a las afueras de Nadi, que es la segunda ciudad del país y un lugar horroroso. Como sabemos bien en España, ser los pioneros del turismo masivo tiene sus desventajas y Nadi es una especie de Magaluz o San Antonio. Todo aquí gira en torno al turismo, a un turismo barato, y los locales muestran cierto cansancio y bastante agresividad comercial. El trato no es especialmente amable.
Para que me gustara Fiji, tendría que haberme quedado en alguno de los hoteles y "resortes" lujosos y exclusivos, o haberme ido lejos de la isla principal. Lo primero ni me apetecía, ni puedo permitírmelo; para lo segundo, no tenía tiempo: sólo pasé en Fiji 4 noches. Las imprescindibles para hacer la conexión entre Samoa y Tonga (por increíble que parezca).
Como fui con pocas expectativas, lo poco bueno que hice sobresale: la colada, tomar el sol, un largo paseo por la playa, una cena decente, un masaje bueno y una horas de surf (más técnicas que divertidas). Así que, no será la Polinesia (es Melanesia, con mucho de la India), pero fue parada y fonda.
Me fui el sábado, rumbo a Tonga (desde donde publico está entrada). He vuelto a la Polinesia Meridional.
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