Escribo para mi mismo. Porque he descubierto el placer de releer las entradas para recordar mejor lo que vi y sentí. Escribo para relatarme mi vida a mi mismo. Esto supone que, como si fuera un papel pintado mal encolado a la pared, lo que aquí relato se despega ocasionalmente de lo realmente vivido y forma burbujas, con las que se adapta esa realidad a la lógica del relato, más que al caos ilógico y nunca lineal de la vida vivida. Por eso, en consecuencia, transformo los hechos en un relato y a quien menciono, y a mi mismo, en personajes de un pliegue de la realidad, sin por ello dejar de ser sincero.


viernes, 28 de junio de 2013

28 de junio



Hoy, 28 de junio de 2013, a eso de las 5 de la tarde, después de 36 horas en Auckland, embarcaré en un avión rumbo a Papeete (Tahití), salvando 22 horas de diferencia horaria (que podrían no ser más de 2): Llegaré a Papeete a poco después de la medianoche del 28 de junio. Habré cruzado la línea arbitraria que separa los días, por la acumulación de las diferencias horarias, y pasaré de estar 10 horas por delante de la Hora Central de Verano Europea a estar 12 por detrás. Verdaderamente en las antípodas. 
Además, hoy es el aniversario (44º, como los años que cumplo en septiembre), de las revueltas de Stonewall, el punto de partida de lo que entonces se llamó el movimiento de liberación homosexual y hoy tiene muchos nombres y caras.
Me hace gracia y me gusta que sea hoy el día que vivo dos veces. Ha sido de casualidad, aunque no hubiera elegido otro, de haber tenido la oportunidad. 
¡Feliz San Orgullo LGTBIQ a todos!

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